Los mitos y los sueños son escritos
en los secretos muros de la mente
desde la misma primigenia fuente
de símbolos ociosos y arquetipos.
En sus oscuros ámbitos, los ritos
–el fuego y las especias, la paciente
y cristiana oración– son infinitos.
Eterna es la manzana y la serpiente.
Eterno es el puñal y es el hermano,
eternos son los dioses y los días,
y eternas son las arduas simetrías
de que se nutre el corazón humano.
Son pocas pero viejas, viejas cosas:
los mitos y las lunas y las rosas...