• Todas las vidas son ensayo de una única tragedia.

  • Cristo, soñé contigo. ¿Me has abandonado? Te busco y no puedo encontrarte.

  • Soy siempre más o menos de lo que pienso, nunca lo que pienso exactamente.

  • ¿Qué curiosa ironía nos vuelve tan extraños a nosotros mismos? Un punto cualquiera de nuestra superficie es inmediato; nuestro centro, infinitamente lejano. ¿Cuál es el yo que siempre se está quieto? Un único punto es centro de múltiples o infinitos círculos. ¿Somos una serie infinita de círculos concéntricos, una cebolla de infinitas capas?

  • Incluso del cactus hostil nace la flor. Allí donde existe vida, el bien es infinita potencia.

  • Lo que busco al hablar conmigo es ya no tener nada que decir.

  • Incluso el cristianismo es el ensayo de una tragedia.

  • El rostro del mito es el alma humana. Pero el mito está perdido, fragmentado. Con cada dios crepusculado se ocultó una verdad, un secreto. Never to be recovered.

  • ¿Cuál es el mensaje del suicida? ¿Qué gesto hizo la mano de Catón? El suicida es un curioso trickster, cuyo último legado es un acertijo, una pregunta capciosa cuya respuesta muere por su propia formulación. El suicida nos regala una caja cerrada y esconde para siempre la llave de su cerradura.

  • Imaginemos: un hombre primitivo ve, o cree ver, un símbolo formarse en un rayo. ¿Qué hace?

  • Imaginemos: Sakyaminu da la vida para viajar al infierno e iluminar a un demonio leyéndole las escrituras. Para su sorpresa, es él quien termina persuadido. ¿Entonces qué?

  • Imaginemos: un tigre rapta a un niño de la mano de sus padres. Días después un campesino dice haber visto un niño montando una fiera. Años después la luna es naranja para siempre. ¿Quién es el niño y qué es el tigre?