Mauricio Cardozo Ocampo fue un hombre que llamó a la música pan espiritual. Dedicó su vida a la forma más honesta de la música, que es la música folklórica. Fue el prolífico compositor de las guaranias más hermosas que dio el Paraguay, y el conductor de sus interpretaciones clásicas.

Hay algo nostálgico y hondo en la guarania que es imposible de expresar. Musicalmente, es notable que la guarania logre este carácter incluso compuesta en tonalidad mayor. El efecto en parte se debe al uso ampliado del acorde de tónica con sexta, que tiene un algo añorante.

Considérese la hermosa guarania Mi destino si se quiere un ejemplo, acá referenciada bajo la conducción de Cardozo Ocampo y con la voz Edmundo Pizarro.[^1]

Luis Alberto del Paraná, el principal difusor de la guarania paraguaya en el mundo, formó casi todo su repertorio con obras de Cardozo Ocampo. Abajo se ve, por ejemplo, la extraordinaria rendición en vivo que hicieron de Malagueña en un concierto en Ucrania.

Debo decir que la música de Cardozo Ocampo está muy dentro de mí, porque quiero al Paraguay y a su hermoso folklore. Crecí cerca del Paraguay y más cerca aún de su extraordinaria música. No tengo lectores: este no es un acto de difusión, sino un diminuto homenaje. Por lo menos pronunciar su nombre.


[^1] Edmundo Pizarro es otro de esos nombres olvidados. Lo conocí sólo a través del disco homenaje a Cardozo Ocampo, pero tiene otras joyas dando vueltas.